“—Tranquilízate, ya que éste te libró y salvó para que conozcas en tu ánimo y puedas decir a los demás cuánta ventaja llevan las buenas acciones a las malas —dijo sonriendo el ingenioso Odiseo—. Pero sal de la habitación tú y el aedo tan afamado y tomen asiento en el patio, fuera de este lugar de matanza, mientras doy fin a lo que debo hacer en mi morada.”
Homero, La Odisea
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